Continuamos con las entrevistas a las mujeres que desarrollan su profesión dentro del Grupo Euroairlines. En el día de hoy entrevistamos a Beatriz Gil Ortego, que trabaja actualmente como First Officer en Euroairlines.
¿Cuál es tu función específica en la industria aérea y qué habilidades se necesitan para llevarla a cabo con éxito?
En Euroairlines trabajo como First Officer. Mi función, junto con la del comandante, es que el vuelo se desarrolle de manera segura y se solucionen con prontitud cualquier tipo de percance si llega a suceder. Por ello, hemos sido entrenados para actuar con diligencia ante cualquier emergencia. Un piloto debe tener una visión global de todo lo que acontece tanto en cabina como fuera de ella: iniciativa y toma de decisiones, planificación y gestión de tareas, desarrollo personal para estar al tanto de los cambios en la industria, autocontrol bajo estrés y trabajo en equipo.
¿Qué te motivó a buscar trabajo en este sector y cómo llegaste a dónde estás ahora?
El motivo es que me apasiona la aviación desde pequeña pero desgraciadamente en un sector que requiere una gran inversión económica. Gracias a mis abuelos que me pagaron la carrera vendiendo propiedades he seguido perseverando en mi objetivo. He llegado hasta donde estoy gracias a la ayuda de mi familia y mi terquedad.
¿Has encontrado algún obstáculo o prejuicio en tu carrera debido a tu género? Si es así, ¿Cómo lo has superado?
Hace tiempo, cuando me saqué la licencia, me sentía observada por compañeros e instructores, al margen que muchas veces cuando iba al reconocimiento médico pensaran que era azafata de vuelo y que en entrevistas me preguntaran sobre mis planes para aumentar la familia, hoy en día no siento esa discriminación.
Esta casuística, para mí, no supuso algo que “superar”, era más bien encontrarme en una situación incómoda. Formaba parte del reto de demostrar que no era menos que mis colegas, hombres.
¿Podrías compartir alguna anécdota interesante o emocionante que hayas vivido en el trabajo?
Cuando fui a Viena a hacer el UPRT (acrobacia), todos mis compañeros eran altos y grandes. Yo mido 1,70 y fui la única que no se mareó. Fue gracioso ver a esos “tiarrones” con la cara medio verde y preguntándome por qué estaba yo bien. Si no recuerdo mal fuimos 12 en el curso, por supuesto yo era la única mujer y fui la segunda en obtener las mejores calificaciones. Miraba de reojillo las notas del resto, soy un pelín competitiva (risas).
¿Cómo describirías el ambiente laboral en el sector aéreo? ¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en él?
La verdad que Euroairlines es como una “pequeña” familia, en la cual todos nos ayudamos, hay transparencia en cuanto a lo que sucede internamente y realmente te sientes parte de ese proyecto, es importante para mí sentirme reconocida y valorada. Y en Euroairlines tengo ambas cosas, estoy muy feliz la verdad.
¿Cuál es tu opinión sobre la representación de las mujeres en la industria aérea en general?
Considero que las pioneras en la aviación nos han tenido que abrir el camino a las que veníamos después. Es una de las razones por las que me hice piloto, además tengo estudios de ingeniería. No hay profesión hecha solo para hombres o hecha solo para mujeres, sino personas válidas que tengan los requisitos que exige la profesión.
¿Cuáles son algunas de las habilidades y características que las mujeres pueden aportar al sector aéreo que son diferentes a las de los hombres?
En mi opinión, nosotras nos preparamos las cosas a conciencia. El hombre lo hace también, pero creo que nosotras le damos una vuelta más, somos más perfeccionistas. Además, llevamos mejor que los hombres temas relacionados con el lenguaje, por eso el CRM y dirigir se nos da bien.
¿Hay algún proyecto o logro específico en tu carrera que te gustaría destacar y compartir?
A raíz del COVID-19, como todos sabemos la aviación sufrió un gran revés. Me tuve que reinventar, empecé a dar clases de normativa de UAS. Parte de la formación que tenía que impartir se parece a la que recibe un piloto de ultraligero pero AESA justo cambió la regulación en enero del 2021. A fuerza de leer en mis descansos, antes de entrar a trabajar, cuando llegaba a casa… Me hice un “nombre” en el sector. La normativa era muy ambigua y dejaba sin concretar muchas casuísticas.
A día de hoy, llevo un grupo de telegram de más de 1000 personas y doy cursos para varias escuelas. Me formé yo sola, me supuso mucho esfuerzo. Mi pasión es volar y es lo que más feliz me hace, pero descubrí que la formación me satisface mucho.
¿Has visto algún ejemplo de liderazgo de mujeres en la industria aérea que haya inspirado o motivado tu propia carrera?
Se han escrito numerosos libros sobre pioneras en la aviación y podría poner bastantes ejemplos; Katherine Wright la hermana de los hermanos Wright que gracias a ella y su gestión financiera, negociación y apoyo sus hermanos Wright, los primeros en realizar un vuelo a motor en la historia, consiguieron su objetivo. Elise Léontine Deroche, la primera mujer en sacarse la licencia de piloto, junto a Amelia Earhart, la primera mujer en cruzar el océano atlántico, son las que más me han inspirado por su ímpetu en romper fronteras, su valentía y coraje. También, me gustaría mencionar a Elsi Gregory MacGill fue la primera ingeniera eléctrica de Canadá, y del mundo, primera en el máster y doctorada en aeronáutica, de USA y del mundo, primera ingeniera jefe de una compañía de aviones del mundo, hábil diseñadora de estructuras de aviones, que por su limitaciones físicas, debido a una enfermedad, no pudo pilotar nunca un avión, pero acompañaba a los pilotos en las pruebas de sus diseños de aeronaves. Otra gran inspiración para mí.
¿Cómo crees que la diversidad de género y cultural en el lugar de trabajo beneficia a la industria aérea?
Creo que la beneficia bastante porque siempre hay algo que aprender de tu compañero/a en cabina. Lo fundamental es ser respetuoso y estar abierto a otras opiniones, pero sin llegar a la absurdidad.
¿Qué consejos le darías a las mujeres jóvenes que están considerando una carrera en este sector?
Es un sector precioso y la condición de ser mujer no debería frenar a nadie para hacer lo que más guste. Yo les diría a aquellas mujeres que se están planteando iniciar una formación aeronáutica: que luchen por lo que más les gusta, al fin y al cabo, es su vida, no te auto cierres puertas ni permitas que los demás lo hagan por ti, hazte valer y lucha por tus sueños y ya verás que los conseguirás. Sólo es cuestión de persistencia, esfuerzo y formación.
¿Has visto algún cambio significativo en la percepción de las mujeres en la industria aérea desde que comenzaste a trabajar en ella?
Así es, cuando yo obtuve mi licencia en el 2006 en clase éramos dos mujeres y unos 30 hombres. Hoy en día ese porcentaje no es el mismo. Cada vez que voy a Cuatro Vientos, que es donde me formé, veo muchas más mujeres recibiendo la formación de piloto comercial. No solo ha habido un incremento en la formación sino también laboralmente, cada vez que voy a Barajas me cruzo con bastantes mujeres pilotos, eso hace unos años atrás no era tan común. Tengo que decir que aún nos queda camino que recorrer, pero es por la gente, no por la industria.